Quizás no hemos oído hablar del chequeo psicológico como algo tan importante y necesario como las revisiones médicas, auditivas o bucodentales que tan comunes parecen hoy en día. La salud mental (la gran asignatura pendiente en nuestros días) nunca ha tenido valedores que le den el lugar que realmente le corresponde en el amplio campo de la salud.
Antecedentes:
El número de suicidios en España, desde hace muchos años, es mayor al de muertes por accidentes de tráfico. Según el INE, en 2021 se registró la cifra récord de 3941 personas, sin contar con aquellas que quedan “maquilladas” como accidentes domésticos u otros motivos. La inversión económica que realiza la D.G.T. en medios técnicos, personal, publicidad u obras de acondicionamiento para que se reduzcan los accidentes y la mortalidad es cuantiosa; ¿Estaríamos dispuestos a invertir en prevención del suicidio, proporcionalmente, lo que se invierte en campañas para un tráfico más seguro? Porque, ante las evidencias, parece resultar necesario.
- Diariamente, de los pacientes que atienden los ambulatorios, un 48% presentan problemas de salud mental y son atendidos de forma deficiente a causa de la falta de conocimientos psicoterapéuticos que un médico de cabecera estándar ostenta. De este modo, se despacha la “pastilla de turno”, que lejos de acabar con la causa de enfermedad simplemente elimina el síntoma, prolongando la psicopatología y generando una dependencia al fármaco suministrado. La causa que originó la psicopatología no remite.
- Como se dijo en el Pacto Europeo por la Salud Mental y el Bienestar (Bruselas, 2008): “La salud mental es un derecho humano, los profesionales de la higiene mental deberían poder dar cobertura a toda la población”. Se trata de una prioridad clave, y debe tener el valor que merece.
Si ya la salud mental de la población está en una situación alarmante (Los trastornos mentales están en aumento en la UE, tenemos también el incremento de programas televisivos y radiofónicos en los que, a todas horas, esperpénticas parodias de gurús, santones o supuestos adivinos ofrecen la solución a todos los problemas que la persona pueda tener. Aunque, realmente, lo único que buscan es estafar y engañar a todo ingenuo o desinformado (que son muchos) con toda impunidad y a la vista de todo el mundo.
Cambios:
Por todo lo anteriormente expuesto, parece necesario acercar la salud mental al ciudadano, lo que se podría conseguir cambiando los enfoques que en la actualidad imperan por los siguientes:
- Incorporar el chequeo psicológico (diagnóstico precoz) como uno más de los componentes de la asistencia sanitaria (Revisiones en empresa, chequeo médico, buco dental, etc.).
- Evitar los tratamientos farmacológicos en los casos de salud mental que pudieran ser tratados psicológicamente.
- Crear los niveles de atención adecuada en salud mental:
1. Primaria.
2. Especializada.
3. Hospitalaria-residencial.
4. Psicosocial.
- Poner en marcha la figura del “Psicólogo de Cabecera” como un igual al Médico de Cabecera en atención primaria.
Beneficios:
- Incrementar la calidad de vida de los ciudadanos atendiendo adecuadamente su psicopatología o problemática.
- Descargar a los médicos de cabecera de un grupo muy importante de pacientes que no les corresponde atender, mejorando su disponibilidad para otros.
- Disminuir el gasto farmacéutico y tiempo de dedicación a estos pacientes, evitando su cronificación.
Conclusiones:
La salud mental es una cuestión que afecta e interesa a toda la población; las grandes patologías sociales como los malos tratos, la drogodependencia o el fracaso escolar tienen su base en la falta de higiene mental. Posiblemente, si cuidásemos más este aspecto de la sociedad, podría disminuirse la existencia de tan alarmante cantidad de situaciones dramáticas, así como el número de muertes por suicidio que se dan en la actualidad.
